Con esta entrega de Polis, la revista de ciencias sociales del Departamento de Sociología inicia una nueva etapa marcada por su 30 Aniversario. Desde este espacio de expresión, colegas provenientes de distintas disciplinas, como Ciencia Política, Psicología Social, Sociología y Geografía Humana, han compartido el resultado de investigaciones relevantes en sus campos. Igualmente, lo han hecho colegas de estas y otras áreas de las ciencias sociales en México, América Latina y otros países del mundo. El ejercicio actual, sumado a los que la revista Polis ha presentado en otros momentos de su historia, tiene el propósito de ofrecer evaluaciones críticas sobre temas relevantes de la sociedad mexicana, construidas desde plataformas disciplinarias y multidisciplinarias. En estas tres décadas, la revista ha sido también medio de expresión de colegas provenientes de otras instituciones de educación y de investigación del país y del extranjero.

En los 17 volúmenes de la publicación, se percibe una rica diversidad de intereses sobre asuntos que han llamado la atención de las ciencias sociales, por lo menos desde América Latina, y han constituido un amplio espacio de reflexión crítica. En sus páginas se ha desplegado una heterogeneidad de planteamientos teóricos y de metodologías propios del quehacer científico de sus autoras y autores. Por ello, Polis ha sido un sitio de encuentros, coincidencias y también divergencias. Al buscar su esclarecimiento y explicación desde perspectivas sociológicas, politológicas o psicológico-sociales (sin agotar sus diferentes ángulos y esferas de análisis), el interés por los diversos temas abordados dio lugar a trabajos originales y posturas específicas. De un valor similar han sido los enfoques teóricos de las ciencias sociales examinados a la luz de las discusiones que abordan su actualidad y pertinencia frente a las transformaciones aceleradas de las sociedades, así como de la especificidad adquirida en el análisis de la realidad latinoamericana, sus representaciones e imaginarios colectivos.

El fin del siglo XX estableció múltiples disyuntivas y provocó con ello que, desde la perspectiva de las ciencias sociales, velozmente se abrieran investigaciones que el momento exigía: se tiene, por ejemplo, el tema Javier Rodríguez, Alicia Saldívar y Mario Bassols candente de la democratización de la sociedad -en el sentido de la pluralidad y alternancia en el acceso al poder-, el cual orientó la inquietud desde la ciencia política a incursionar en los estudios electorales. Lo dicho aplica también para quienes reflexionaban sobre los alcances de la orientación social del Estado mexicano, ya en franca retirada, dado el fuerte impulso de políticas de corte neoliberal.

En cuanto a la complejidad de lo social, al menos desde los confines de la sociedad mexicana y latinoamericana, aparecen escenarios de recomposición en el campo y la ciudad, en el mundo del trabajo y en el de las relaciones comunitarias, que imponen la necesidad de repensar lo que ocurría en ellas y el modo en que se han construido los vínculos sociales. En ciertos contextos, aparecen nuevas interrogantes y también nuevas respuestas acerca de la igualdad y la equidad, en el marco de los severos problemas de pobreza y exclusión que viven los países de la región. De sobra son conocidas y discutidas en muchos foros las enormes dificultades en el accionar de la vida cotidiana de las familias, o bien las relaciones inequitativas en la convivencia entre hombres y mujeres, en la esfera del género y la desigualdad social.

Nuestra pretensión, en este número, consiste en colocar la mirada sobre el desarrollo de las ciencias sociales y lo que hoy se asume como necesario, en el entendido de que ellas son expresión de los entornos sociohistóricos y de la definición que alcanzan en el siglo XXI. Se requiere repensar problemáticas sociales más claramente identificadas con sociedades marcadas por su gravitación en lo global. Ello deriva en redefiniciones del papel y protagonismo de las instituciones, insertas en los ámbitos social, económico, político y cultural. La carga de las incertidumbres y los riesgos en el devenir de nuestras sociedades actuales, asociada a los dilemas ecológicos -entre otros, el cambio climático-, inserta las coordenadas de las nuevas dimensiones que las relaciones sociales plantean al mundo actual.

Finalmente, es pertinente señalar que los efectos que la pandemia del Covid-19 ha generado desde inicios del 2020 en el mundo impone nuevas reflexiones y reconfigura escenarios en políticas de salud, educación, relaciones laborales y la sociedad que le acompaña. No es posible retraerse de las nuevas aproximaciones y de la evaluación de sus múltiples impactos en las realidades sociales a escala planetaria.

Sin duda, se abre una época de amplia reflexión y toma de decisiones globales y locales en el inicio de los años veinte. La emergencia de la pandemia ha significado nuevos retos en la tarea editorial de revistas científicas universitarias como Polis. Así, mantener su periodicidad semestral, reunirse en línea de manera colegiada o dar cabal cumplimiento a los procesos técnicos que implican su publicación, significan un mayor esfuerzo individual y colectivo. El interés y la motivación del Comité Editorial ha prevalecido, y mantuvo a flote los procesos de recepción de los artículos, la dictaminación y la edición de los números publicados aun en las circunstancias adversas que hemos vivido en los últimos dos años.

Polis es una de varias iniciativas editoriales que han surgido y se han consolidado en la Unidad Iztapalapa de nuestra Universidad Autónoma Metropolitana. Es por ello también una significativa expresión de la visión y concepción de lo que desde la UAM se posiciona como temas relevantes para el análisis y la reflexión desde los diversos campos de las ciencias sociales, tomando en consideración la dinámica actual de la sociedad mexicana y latinoamericana, en los ámbitos propios de sus abordajes disciplinares.